jueves, 8 de julio de 2010

Querido diario…

Me gustaría contarte como sucedió unos de los mejores días de mi vida:

Sabado 3 de Julio de 2010

Por fín llego el día en el que la chica en la que tanto pensaba venía a Madrid, me desperté muy nerviosa y para colmos surgieron varios imprevistos y llegue tarde a la hora que quede acordada en ir a recogerla.

Cogí más tarde un autobús a Madrid y fui a recogerla a Atocha, nada más verla mi corazón empezó a latir a un ritmo extraño, entonces corrí a abrazarla, mientras la abrazaba quería detener el tiempo para nunca separarme de ella, permanecer entre sus brazos, cuando me separe no sabía ni que decir ni que debía hacer, por lo que andaba paralelamente a ella mientras la miraba de reojo, aún todavía sin creerme que ella estaba a un escaso metro de mí.

Ambas llevábamos aparte un amigo más, por lo que todos decidimos ir a Sol, no podía dejar de mirarla, me moría por abrazarla y besarla, pero tenía mucho miedo a no ser correspondida, el tiempo iba pasando y cada vez ella me gustaba más y más, ella y su amiga tuvieron que irse, y en esa hora que no la tuve a mi lado sentía y necesitaba verla, aunque simplemente fuera verla entrar de una tienda en otra mientras se le dibujaba una sonrisilla en su preciosa cara, pero ya no aguantaba más con mis ganas, y decidí ponerme a su izquierda mientras andaba y roce su mano con la intención de cogérsela, mi sorpresa llegó cuando ella cogió mi mano y la apretó con ternura, entonces no pude evitar sonreír como una tonta, y decidí arriesgarme y seguir mis sentimientos, me acerque a ella con la intención de besarla pero…algo lo impidió, su gorra, entonces se la cambió de lado y me sonrió, decidí de nuevo besarla, y mientras lo hacía parecía que flotaba en una nube, desde ese momento no podía dejar de abrazarla, de besarla, de darla besitos en sus hombros o simplemente mirarla.

Quiero que sepas que en una simple tarde me has hecho sentir mucho como casi nadie lo ha conseguido, pero desgraciadamente cada vez se acercaba más el momento de tu regreso a casa, quería hacerme la fuerte para que no me vieras llorar, pero cuando te vi irte por la puerta del tren no pude evitar llorar sin parar, duele sentir que aquello que quieres se va y no puedes ir a impedirlo, porque simplemente tienes que volver, entonces, solo me queda esperar que el tiempo pase rápidamente y volver a verte para tener más días que contar a tu lado.

Mi niña quiero que sepas que me estoy empezando a enamorar de ti, que me gustaría que yo fuera aquella persona con la que puedas compartir tu vida, tus alegrías, penas, …. Todo.

Que para mí la distancia no es importante y haría lo que fuera por estar a tu lado siempre, vivir contigo el día a día.

Se que tu a lo mejor no puedes sentir lo mismo que yo siento por ti, pero que sepas que ante todo aquí vas a tener a una amiga para siempre.

Recuerda: tu formas parte de uno de los mejores días de mi vida.

Te quiero.

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